martes, 30 de junio de 2009

Expectativas de Vida




Lectura de hoy: Flp. 2:1-5

“No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás”. Flp.2:4

Muchas veces este pasaje es mal entendido y muy mal puesto en práctica. Consideramos a los demás, exclusivamente al grupo familiar que nos rodea y nos encomendamos a la tarea de hacerlos feliz. Por cierto una tarea que es muy loable y además necesaria y obligatoria, pero ¿cómo buscamos la felicidad? Generalmente con la búsqueda de la obtención de bienes materiales que permitan a los nuestros un vida cómoda y placentera.

No creo que haya alguien que no haya pensado de esa manera en algún momento de su vida, y por tanto se fija expectativas de vida para él y los suyos basada en los bienes que podrían proporcionarle esta comodidad y bienestar, comienza entonces a determinar lo necesario primero y luego lo que le gustaría tener para ser cada vez más feliz… y trabaja para ello. Dicho de otra forma, fijo en mi mente en lo que deseo y despliego todos mis esfuerzos para obtenerlo. Usted me dirá que hay de malo en ello, aparentemente nada, pero si nos detenemos un momento, podremos apreciar que los que vivimos de un sueldo nos empezamos a dar cuenta que aquello a lo que aspiramos cuesta mucho más de lo que podemos pagar y por lo tanto debemos trabajar cada vez más horas extraordinarias primero, luego sábados y domingo y entramos en un circulo vicioso que nos aleja a cada instante de los nuestros, nos aleja de aquellos a quienes estamos tratando de hacer feliz y nos quejamos de no tener tiempo para el descanso y departir con la familia. Nos quejamos tanto que no escuchamos las quejas de ellos. Si usted está en ese caso, permítame decirle que esa es una opción que libremente usted eligió. ¿Donde estuvo el error? Usted se fijó expectativas de vida que no estaban formando parte del plan de Dios para usted. Primero decidió que era lo que quería o deseaba, luego sin considerar los costos, comenzó a trabajar para ello y se encontró con que para solventar esos gastos debía trabajar el triple, debido a que no realizó los cálculos suficientes: “Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” (Lc.14:28), es decir, usted comenzó al revés.

No quiero decir con esto que usted debe asumir una actitud “conformista”, como me dijera un amigo budista: “ustedes los cristianos, todo lo esperan de Dios y nada hacen por si mismos, son unos débiles y conformistas”. Nada más alejado de la realidad, sólo estoy tratando de decirle que cuando usted aspire a algo, primero calcule si con lo que tiene lo puede solventar, si no es así no emprenda aún lo que anhela, espere a que el Señor nuestro Dios amplíe su poder adquisitivo y piense en los demás, en esos que le rodean, en esos que usted espera hacer feliz y piense que en la totalidad de las veces, los hijos, los padres, los hermanos, incluso los amigos, son más felices teniéndolo a usted a su lado disfrutando quizás con poco, pero con una cantidad de amor y comunión que no se pueden medir ni valorar en dinero. El amor no se demuestra con obsequios, sino con hechos de amor, sacrificando aquello de lo que nos podemos gloriar, despreciándolo para el bien a los demás. (Flp.2:5-8).

No permita que las tarjetas de crédito lo consuman y lo lleven a la depresión y a la quiebra. Las tarjetas de crédito no son Dios. Dios no cobra y las tarjetas cobran y con caros intereses.

Trabaje con esfuerzo, con excelencia y dedicación, siempre pensando en los suyos, en lo necesario; y dentro de lo necesario considere el tiempo para su descanso y compartir su amor con los que le aman y con los que no le aman también. Cuando necesite más, Dios le dará otro trabajo que le permita tenerlo sin separarlo del amor de los suyos.

La Paz de Cristo esté siempre con usted. Amén

lunes, 29 de junio de 2009

La Canción de los Santos


Lectura de hoy: Ap.15

"¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo;… porque tus juicios se han manifestado".(Ap.15:4)

Todos hemos escuchado la expresión: «No me enojo; simplemente, me vengaré». Al leer acerca de los juicios que se describen en Apocalipsis, se podría asumir que Dios se «vengará» de los pecadores por sus enormes delitos a lo largo de toda la historia de la humanidad.
La verdad es que el juicio final de Dios es una expresión necesaria de Su justicia santa. Él no puede hacer la vista gorda ante el pecado. De hecho, si al final no hiciera justicia tal y como se describe en Apocalipsis, entonces estaría negando Su carácter santo. Esa es la razón por la que, en medio de Sus juicios, los santos cantarán Su alabanza: «¿Quién no te temerá, oh Señor, y glorificará tu nombre? pues sólo tú eres santo… porque tus juicios se han manifestado» (15:4). Aquellos que conocen mejor al Señor no Le critican por Sus juicios; al contrario, Le adoran y manifiestan públicamente Sus acciones.

Lo que debe sorprendernos no es la escala masiva de los juicios de Dios, sino todo el tiempo que lleva esperando para hacerlos. En Su deseo de que nadie perezca sino que todos lleguen al arrepentimiento (2 Pedro 3:9), Dios ahora está evitando misericordiosamente Su juicio y dando el mayor plazo posible a Su maravillosa misericordia y gracia.

Ahora es el tiempo de arrepentirse y aprovechar Su paciente amor. Y, cuando lo hagamos, nos uniremos a los santos que Le alabarán por toda la eternidad

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

viernes, 26 de junio de 2009

El Paraíso de los Chimpancés


Lectura de hoy: Nm.14:1-10

"Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos la entregará". (Nm.14:8)

Eugene Cussons rescata chimpancés. Muchos de estos animales, arrebatados de la selva cuando eran cachorros, han pasado toda su vida confinados en un espacio más pequeño que el de la celda de una cárcel, tras haber sido abandonados por aquellos que hacen negocio del contrabando de carne. Cuando Cussons llega para llevarlos a la reserva de animales a la que llama «El paraíso de los chimpancés», a menudo encuentra que los primates han desarrollado hostilidad y desconfianza.
«Estos chimpancés no se dan cuenta de que yo soy uno de los buenos», dice Cussons. Cuando trata de colocarlos en una caja más pequeña para el viaje hacia su nuevo hogar, ellos arman una buena pelea. «No saben que los voy a llevar al paraíso de los chimpancés y les voy a dar una vida muchísimo mejor».

En una escala mucho mayor, la oferta de Dios de liberarnos de la esclavitud del pecado a menudo es recibida con resistencia. Cuando Dios rescató a los hijos de Israel de Egipto, les llevó por lugares difíciles que les hicieron dudar de Sus buenas intenciones. «¿No nos sería mejor volvernos a Egipto?, clamaron (Números 14:3). Hay momentos en nuestro viaje de fe cuando la «libertad» del pecado que dejamos detrás es más atractiva que las restricciones de la fe que tenemos por delante.

Debemos confiar en los límites protectores que se encuentran en la Palabra de Dios como la única manera de llegar al lugar de la libertad final.

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

jueves, 25 de junio de 2009

Respeto


Lectura de hoy: Ro.13:1-8

"Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey". (1ªP.2:17)

Existe un marcado desencanto hacia las autoridades que nos gobiernan. Los jóvenes no quieren participar de las elecciones de autoridades aludiendo a que éstas no garantizan absolutamente nada, que las promesas de los candidatos son falsedades y todo discurso son sólo palabrería para poder obtener los votos. También dicen que una vez elegidos se olvidan de los planes y que sólo buscan ganar un buen sueldo y ser famosos.

Dios es la autoridad suprema y hacia Él no hay ningún desencanto, pues su soberanía es con justicia y su voluntad perfecta. Él hace salir el sol sobre justos e injustos y deja caer la lluvia sobre ricos y pobres.

Las autoridades terrenales están porque Dios lo permite, aunque a veces no sea su divina voluntad, pero ¿por voluntad de quién están? Por voluntad humana, los hombres los proclamaron, usaron sus métodos y llegaron al poder, pero es Dios quien permite su liderazgo respetando así la voluntad humana, sea para su bien o sea para su molestia.

Ahora bien, toda autoridad es permitida por Dios, aunque elegida por voluntad humana; por lo tanto en razón al respeto, Dios exige al hombre respeto a las autoridades, puesto que éstas darán cuenta a Dios el día del juicio.

Es necesario respetar a las autoridades humanas, así también respetamos la autoridad de Dios, nos guste o no todo es para nuestro bien.

Job Alvarado - Chile

miércoles, 24 de junio de 2009

Un Mensaje Poderoso


Lectura de hoy: 1ªCo.1:18-25

"…el evangelio de Cristo… es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree". (Ro.1:16)

El maestro bíblico Lehman Strauss llegó a Cristo por medio del poder de la Palabra cuando era joven. A sugerencia de su novia, leyó Romanos 3:23, 5:8 y 10:13. Cuando lo hizo, tuvo la convicción de su pecado. Lloró y creyó. Cuando su hijo Richard tenía siete años, le preguntó a su padre cómo ser salvo. Lehman usó los mismos versículos que su novia (quien ahora era su esposa) había usado años antes. Su hijo también creyó, y finalmente llegó a ser pastor.
¡La Palabra de Dios tiene un poder tremendo! La primera vez que se registra que Dios habló, Él creó la luz (Génesis 1:3). Le hizo una promesa a Abraham (17:15-19) y dio capacidad a su esposa Sara, de 90 años de edad, para que tuviera un hijo (21:1-2). Dios sigue hablando con poder hoy, y todos los que oyen y creen el Evangelio son salvos (Romanos 1:16).

Sí, el mensaje de Cristo y Su obra salvadora en la cruz pueden cambiar la dirección de la vida de una persona. Tiene el poder para alcanzar el corazón de esa persona a la que amas y por la que has orado tantas veces. Así que no te rindas en tu testimonio. Sé constante en tu caminar diario.

Sigue orando y compartiendo el Evangelio con los demás. ¡Es un mensaje poderoso!

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

martes, 23 de junio de 2009

¿Cumplir o Compartir?


Lectura de hoy: Gl.2:11-21

"...Ya no vivo yo, más vive Cristo en mí". (Gl.2:20)

El Nuevo Testamento relata las impresiones del encuentro con Jesucristo en un hombre como Pablo de Tarso.

Siendo el Nuevo Testamento parte de lo que consideramos "Palabra de Dios", es autoritario, no sólo en forma directa en aquello que expresamente manda (o prohibe), sino también en aquello que muestra o exhibe como el ideal que Dios quiere o desea para el individuo, la iglesia, la sociedad y el mundo.

La vida cristiana es una experiencia vital que parte del encuentro revolucionario con Jesucristo; prosigue mientras continua el tiempo de vida que Dios nos da sobre la tierra, y mientras no nos desviemos rebelde y caprichosamente del camino trazado por Cristo para nosotros.Una clara alternativa se presenta a cada individuo casi desde el inicio del cristianismo: encarar la vida de fe como un compartir, o como un meramente cumplir: requisitos, reglamentos eclesiásticos, ceremonias y rituales prefijados.

Por otro lado, la fe es un compartir cuando andamos por la senda de la vida junto a Cristo, a su lado, en una relación o cumunión constante, ininterumpida, de entera consagración, separados voluntariamente de las corrientes egoístas de este mundo, para dedicarse por entero a Cristo, su voluntad y sus propósitos de amor.

Ese cambio, esa transformación, muestra el abismo entre la religión cristiana cuya esencia es cumplir, y la fe cristiana en la que Cristo es un amigo fiel, Salvador y Perdonador al cual acudir cada vez que nuestra alma necesita ser vivificada.

Alvaro Pandiani Figallo - Uruguay

lunes, 22 de junio de 2009

Los Hermanos tentados


Lectura de hoy: Gn.39:1-12

"¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?" (Gn.39:9)

Dos hermanos, ambos lejos de casa, enfrentaron tentaciones similares. Uno de ellos, que trabajaba lejos de la familia, cayó ante los ardides de una mujer más joven. Su pecado le llevó a la vergüenza y al caos familiar. El otro, separado de sus seres amados debido al caos familiar, resistió los ataques de una mujer mayor. Su fidelidad llevó al rescate y la renovación de la familia.

¿Quiénes son estos hermanos? Judá, quien cayó ante los ardides desesperados de su nuera Tamar, a la que había dejado en el abandono (Génesis 38). Y José, quien huyó de los brazos de la esposa de Potifar (Génesis 39). En un capítulo, se cuenta una fea historia de irresponsabilidad y engaño; y en el otro, una bella historia de fidelidad.

Las historias de Judá y José, las cuales se presentan de manera consecutiva en medio de «la historia de la familia de Jacob» (37:2), nos muestran que la tentación en sí no es el problema. Todos enfrentamos la tentación, incluso Jesús la enfrentó (Mateo 4:1-11). Pero, ¿cómo la enfrentamos nosotros? ¿Demostramos que la fe en Dios puede ser el escudo que nos protege de ceder al pecado?

José nos dio una vía de escape: Reconocer el pecado como una afrenta contra Dios y huir de él. Jesús nos dio otra: Responder a la tentación con la verdad de la Palabra de Dios.

¿Estás enfrentando alguna tentación? Considéralo como una oportunidad para hacer que Dios y Su Palabra sean una realidad en tu vida. Luego, ¡ huye !

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

viernes, 19 de junio de 2009

Nadie Me Ama


Lectura de hoy: Jn.11:1-5

"Pero el fruto del Espíritu es amor..." (Gl.5:22)

He viajado una media docena de veces a Israel y cada vez que llego a la pequeña aldea de Betania, una profunda emoción embarga mi corazón. Siempre la rutina es parecida. Bajamos con los peregrinos hasta el fonda de la cueva , donde pusieron a Lázaro envuelto en un sudario. Allí cantamos algunas canciones relacionadas con el acontecimiento bíblico. Después leemos el pasaje de Juan capitulo 11 y damos gracias a Dios por el milagro ocurrido allí.

Aunque hay muchas cosas interesantes que rodean este milagro, mi atención permanentemente gira en torno al comunicado que Marta y María enviaron a Jesús. Ella mandó a decir: "El que amas está enfermo". No dijieron el que te ama, sino el que amas está enfermo.

Una de las enfermedades que agobia a los seres humanos en el día de hoy, es la falta de amor en sus vidas. Con mucha frecuencia escuchamos decir: "A mí, nadie me ama"

El amor es una emoción que todos necesitamos y cuando esta carencia está insatisfecha, cobramos una fuerza muy especial para enfrentar la vida. Puede ocurrir el caso, que hoy, como muchas personas, sientas que nadie te ama y camines por la vida con un sentido de profunda frustración y amargura.

Hoy tengo buenas noticias para ti. Jesús, así como amó a Lázaro, de la misma manera te ama, a tal punto que viajó hasta este mundo, para sacrificar su status y morir en la cruz por puro amor hacia tu persona. Deja que Dios irrumpa en tu vida. Abre tu corazón y deja que el amor de Jesucristo sea derramado a raudales en tu vida. Tu horizonte cambiará y tu vida cobrará una dimensión espiritual que no sospechas.

Rodlfo Campos - Chile.

jueves, 18 de junio de 2009

Apasionado Denuedo


Lectura de hoy:Hch.4:5-13

"Entonces, viendo el denuedo de Pedro y de Juan,… se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús".(Hch.4:13)

Un joven estaba predicando a los transeúntes en Hounslow, en las afueras de Londres, Inglaterra. La mayoría lo ignoraba, unos cuantos se burlaban y varios se detuvieron a escuchar. Pero sin importar la reacción de las personas, él seguía sin inmutarse. Con una potente voz y una clara determinación, abrió su corazón, no con las palabras de un profeta iracundo, sino con la profunda preocupación por los hombres y las mujeres en esa calle. Sus ojos, sus expresiones faciales y el tono de su voz revelaban una actitud de compasión, no de condena. En todo ello, él compartía con denuedo el amor y la gracia de Jesucristo.

En Hechos 4, cuando la iglesia todavía llevaba poco tiempo de formada, Pedro y Juan también se dirigieron osadamente a las personas de su generación. ¿La respuesta de los líderes de su tiempo? «Entonces, viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús» (v. 13). Ese denuedo no era fruto de la capacitación ministerial sino del mucho tiempo que habían pasado en la presencia del Maestro. Como resultado de ello, se habían vuelto personas apasionadas por todo aquello que concernía a Cristo —el destino eterno de los hombres y las mujeres.

Ese mismo apasionado denuedo era lo que se veía en el rostro del joven en Hounslow. ¿Lo ven las personas en nosotros?

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

miércoles, 17 de junio de 2009

Caminante, ¡Sí hay Camino!


Lectura de hoy:Jn.14:1-7

"Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida..."(Jn.14:6)

Cuando hablamos de camino entendemos que es toda vía de comunicación de cualquier tipo que nos permite ir de un sitio a otro. En sentido figurado expresa el medio que se toma para lograr algún fin. Y también es el modo de obrar del hombre en su pasar por la vida y en todo lo que hace. El poeta español Antonio Machado en elgante expresión literaria dice:"caminante no hay camino, se hace camino al andar" Asì es como se desenvuelve el hombre, haciéndose sus propios caminos.

La Biblia considera en la vida del hombre dos caminos, y él es libre para elegir y andar por cualquiera de ellos; Dios expresa claramente que un camino conduce a la perdición y otro a la vida, y en Su inmenso amor nos dispone del único camino para llegar a Él, Jesucristo. Hay caminos en apariencia muy buenos pero no suficientes para eso, como el caso de Cornelio (Hch.10), quién aún yendo por un camino de piedad necesitó enderezarlo. También está Nicodemo (Jn.3), quién iba por un camino de religón pero igualmente tuvo que rectificarlo. Y ni se diga de aquellos caminos claramente malos como ese que transitaba el malhechor que murió en otra cruz junto a Cristo. (Lc.23) Así que el hombre al andar por la vida puede hacerse su propio camino dependiendo de sus tradiciones, gustos, necesidades y oportunidades; pero sea cual sea, según las Escrituras le es necesario buscar el camino de Salvación que es Jesucristo.

Hernán Díaz Castro - Venezuela.

martes, 16 de junio de 2009

Convertido y Convencido


Lectura de hoy: Mt. 23:13-17

“Ay de vosotros, escribas y fariseos, ¡hipócritas!, porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros”. (Mt.23:15)

De acuerdo con el Diccionario Ilustrado de la Biblia del Dr. Wilton M. Nelson, un prosélito (agregado) era un gentil que se manifestaba de acuerdo con las prácticas religiosas judías y que luego de un proceso, dejaba su antigua religión y era aceptado por los judíos en su comunidad. Estos prosélitos eran ganados tras largas campañas de publicidad en los diferentes pueblos y los había de dos clases: 1) “los de la puerta” (Ex.22:10): simpatizantes que guardaban la moral hebrea y adoraban a Jehová, pero sin circuncidarse; también llamados “devotos o temerosos de Dios” (Hch.13:16; 18:17). 2) Los de la justicia, es decir los que aceptaban todo el yugo de la religión hebrea y se habían sometido a la circuncisión, la inmersión en agua y la presentación de un sacrificio. (Íbid.,pág, 527). Esta práctica produjo “convertidos” más fanáticos que los mismos judíos, lo que fue criticado por Jesús en el pasaje que leímos. Los motivos para la conversión o proselitismo, eran variados: religión, aceptación social, economía, etc. En pocas palabras era una cuestión de intereses.

La verdadera conversión, es volverse completamente a Jehová, y necesariamente involucra al arrepentimiento, llegando a ser un sinónimo para el pueblo judío.

Por otra parte, la “convicción”, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), es una “idea” religiosa, ética o política de la que se está profundamente adherido. Para tener una idea, es necesario estar informado, realizar un razonamiento sobre lo que se lee y escucha, aplicar un método que permita alejar toda duda de aquello que hemos decidido creer. Para estar convencido es necesario entender en profundidad lo que se nos enseña. De no ser así, corremos el riesgo de ser un permanente prosélito que vaga de una religión a otra, de una secta a otra, para caer por fin en manos inescrupulosas que harán presa de nosotros saqueando nuestras casas. (Vea Mt.23:14). ¿Cuántas personas conocemos en esa condición? Aprendamos y enseñemos que no hay que buscar una religión que nos muestre a Dios, busquemos a Cristo, el que le llegue a conocer a Él conocerá al Padre.

Quiero que sepa que no le mostré la diferencia entre “convencido” o “convertido” para que elija una opción, sino para que sea ambos, un “convertido (a Jesús) y un convencido (de lo que cree)” El que tenga entendimiento, entienda.

La gracia y la Paz de Cristo le acompañen siempre. Amén

lunes, 15 de junio de 2009

Aliento Continuo


Lectura de hoy: Col.3:14-25

"Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten". (Col.3:21)

Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. —Colosenses 3:21
El día del Padre se celebra en muchos países alrededor del mundo. Aunque los orígenes, las actividades y el día de observancia en sí difieren ampliamente, todos comparten el hilo común de honrar a los padres por su papel como las personas a cargo de la crianza de sus hijos.

Para el día del Padre de este año, he decidido hacer algo diferente. En vez de esperar a recibir una tarjeta o una llamada telefónica de mis hijos, voy a enviarles palabras de aprecio a ellos y a mi esposa. Después de todo, sin ellos no hubiera llegado a ser un papá.

Pablo instruyó a los padres a ser una parte positiva del desarrollo de sus hijos más que una fuente de ira y desaliento. Escribió. «Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor» (Efesios 6:4). «Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten» (Colosenses 3:21). Estos dos versículos están incrustados en pasajes que tratan acerca de amarse y honrarse unos a otros en las relaciones familiares.

A medida que los hijos crecen, el papel de un padre cambia, pero no termina. La alabanza y el aliento son bienvenidos, ya sea que un hijo tenga cuatro o cuarenta años de edad. La oración siempre es poderosa. Y nunca es demasiado pronto para restaurar una relación rota con algún hijo o hija.

Padres, ahora es un buen momento para decirles a sus hijos cuánto les amáis y les apreciáis.

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

viernes, 12 de junio de 2009

Locos Religiosos


Lectura de hoy: Mt. 10:16-22

"Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno". (Col.4:6)

Tengo un amigo al que invitaron a una cena y le sentaron junto a un agresivo incrédulo que se deleitaba en hostigar a los cristianos.

Durante toda la velada, el hombre acosaba a Mateo sin misericordia acerca de los males de la cristiandad a lo largo de la historia. Con cada insulto, mi amigo calmadamente respondía: «Ese es un punto de vista interesante». Y luego le hizo una pregunta que provocó un auténtico interés en el hombre y desvió la conversación llevándola lejos del asunto que dividía a ambos hombres.

Cuando al final de la cena ya estaban a la puerta para despedirse, el hombre disparó un golpe final y en ese momento Mateo le pasó el brazo por los hombros y riendo entre dientes le dijo: «Amigo mío, toda la noche te la has pasado tratando de hablarme de religión. ¿Acaso eres uno de esos locos religiosos?»

La animosidad del hombre se disolvió en un estallido de risa y luego se puso serio, por cuanto efectivamente era un loco religioso. Todos los seres humanos lo son. Somos insaciable e incurablemente religiosos —perseguidos y acosados por el incesante amor de Dios, aunque puede que intentemos mantenerle lejos de nosotros. La amabilidad y el ingenioso humor de Mateo despertaron el corazón de este hombre para que pudiera ser receptivo al Evangelio.

Hemos de ser «prudentes como serpientes» (Mateo 10:16) al lidiar con no cristianos, hablándoles «con gracia, sazonada con sal» (Colosenses 4:6).

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

jueves, 11 de junio de 2009

Nuestro Faro


Lectura de hoy: Sal.43:3-4

"Tú encenderás mi lámpara; Jehová, mi Dios, alumbrará mis tinieblas". (Sal.18:28)

Un Barco de guerra navega en alta mar, hay una densa niebla, de pronto una luz a lo lejos se atraviesa. Enseguida el capitán gira instrucciones que establezcan contacto: "Diganle a esa nave que cambie su rumbo 10 grados al Sur". Con premura reciben la respuesta: "giren ustedes 10 grados al norte". Entonces, con expresión de molestia el capitán ordena de nuevo: "Diganles que si no giran 10 grados al Sur se verán en serios problemas". De inmediato reciben la respuesta: "¡pués si ustedes no cambian el rumbo serán los que estén en serios problemas, están hablando con el encargado del Faro y están a punto de encallar en las rocas!".

¡Que increíble!, ¿te imaginas como se habrá sentido este capitán al recibir semejante noticia? Toda su pericia, su experiencia se había reducido a un error que si no hubiese sido por este Farolero, hubiese terminado en un naufragio. Muchas veces tendemos a ser como este capitán, nos encontramos navegando en el mar de la vida en medio de tormentas y tendemos a pensar que como una embarcación navegando en alta mar, estamos solos y luchamos contra las tormentas con nuestras propias fuerzas. Pretendiendo tener el control de todo. Pero de repente te encuentras con que te has equivocado y en medio de ese error, está allí incólume, inamovible, el faro, la luz que está siempre allí para guiarte al lugar seguro. Las palabras del salmista expresan que ha pesar de nuestro error, allí está la luz para ayudarnos, al igual que el faro, esa es su función, no hay error en ello.

Carlos Arévalo - Venezuela

miércoles, 10 de junio de 2009

¡En Riesgo!!!


Lectura de hoy: Pr. 6:16-19

"Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo". (1ªP.5:6)

Cuando nuestros hijos eran pequeños, Risk era uno de nuestros juegos de mesa favoritos. El objetivo era la conquista del mundo. Cada jugador movilizaba sus tropas para tomar posesión de países y continentes. Siempre me divertía ver que la persona que inicialmente lideraba el juego rara vez ganaba. La razón es obvia. Cuando los demás jugadores percibían el orgullo cada vez mayor del líder, se unían contra él.

Ya sea consciente o subconscientemente, es fácil que no nos gusten las personas poderosas con apariencia orgullosa. Su propio semblante parece animar a los demás a lanzarles obstáculos en el camino o ser opositores silenciosos.

En la lectura bíblica de hoy, se nos dice que son siete las cosas que Dios odia. De forma reveladora, la primera es el orgullo. Cuando alguien se sobrevalora a sí mismo infravalorando a los demás, inevitablemente lo revela con su apariencia orgullosa. Hinchado de auto-presunción, también puede crear maldad y sembrar discordia. No es de extrañar que Dios aborrezca las apariencias orgullosas.

Puede que la gente orgullosa y poderosa piense que tiene que preocuparse con lo que piensen los demás, pero no puede ignorar la oposición de Dios. Pedro nos recuerda que no confiemos en nosotros mismos sino en Aquel que nos exaltará «cuando fuere tiempo» (1 Pedro 5:6).

Al someternos a Él, evitamos el riesgo que el orgullo representa para nuestro carácter, y nos convertimos en siervos de Dios agradecidos y humildes.

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

martes, 9 de junio de 2009

Problemas Chicos y Grandes


Lectura de hoy: Jn.2:1-12

¿Por qué será que aparecen tantos problemas el día de nuestro casamiento?

Puede ser que sea algo ínfimo como la desaparición de la corbata que habíamos elegido. Eso ya en tiempos de Jesús. Estaban en medio de la fiesta, cuando su madre se le acercó y le dijo que se había acabado la bebida. Al solucionar el problema realizó su primer milagro. El determinó que su camino en el mundo público comenzara con un detalle doméstico.

Pero, pensemos un momento: ¿era un detalle pequeño? Ningún novio pensará que es pequeño algo que puede estropear la alegría de uno de los días más importantes de su vida. Y el Señor lo sabía y por eso, en su comprensión y su poder, actuó y solucionó el problema. Eso nos enseña que, cuando algo nos aflige, no debemos retenernos y no hacerlo llegar en oración. Si realmente es mínimo, quizá Él deje que pase el tiempo hasta que nos demos cuenta de que en verdad nos afligimos por algo que no valía la pena. Y si Él sabe que tiene consecuencias mayores de las que nostros mismos podemos suponer, sabrá cómo responder.

El relato dice ne le v. 11 que así Él "manifestó su gloria y sus discípulos creyeron en Él". Es notable que algunas tinajas llenas en una fiesta fueron la primera demostración de la gloria de Jesucristo.

Es que Él se manifiesta muchas veces en las cuestiones diarias donde va solucionando nuestros problemas.

Arnoldo Canclini - Argentina.

lunes, 8 de junio de 2009

El Circulo Del Miedo


Levtura de hoy: 1ª Jn. 2:1-11

"Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo".(1 Jn. 2:1)

Cuando el mítico grupo de rock The Eagles (Las Águilas) preparaba una nueva canción para algún concierto, todos los miembros se sentaban en un círculo con sus guitarras acústicas y sin amplificadores para ensayar sus intrincadas voces. Llamaban a esta rutina «el círculo del miedo» porque no hay dónde esconderse ni dónde ocultar cualquier error que se pueda hacer en la armonía. Esa sensación de absoluta exposición de sus errores es lo que hace que este ejercicio les cause tanto temor.

Lejos de Cristo sufriríamos un tipo de exposición muchísimo peor delante del Dios de toda justicia. Si no tuviéramos abogado ni escapatoria, tampoco tendríamos esperanza alguna. Pero en Cristo, el creyente tiene a un Defensor delante del Padre a nuestro favor. 1 Juan 2:1 dice: «Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo». Él asume nuestra defensa cuando son expuestos nuestros fracasos. Nuestro Defensor lleva nuestra relación con Dios más allá de un «círculo del miedo» hacia una comunión de gracia y verdad.

Nuestro desafío es vivir una vida de pureza e integridad que honre a nuestro Padre celestial. Pero, cuando fallamos, no tenemos que temer el abandono o el ridículo de parte de Él.

Tenemos un Abogado que nos sostendrá.

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

viernes, 5 de junio de 2009

Orar con Justicia


Lectura de hoy. Stgo. 5:7-18

“Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses”. Stgo. (5:17)

En el texto que leemos hoy, también se encuentra el versículo que dice que “la oración eficaz del justo puede mucho”. (Stgo.5:16b). Cuando hablamos que un justo puede mucho con su oración, debemos pensar que nos estamos refiriendo a un justo de acuerdo a la justicia de Dios, que en ningún caso tiene parecido con la justicia humana o al menos con lo que nosotros humanamente consideramos justo. La justicia de Dios no considera la venganza, sino por el contrario, la compasión por aquél que nos ha ofendido o defraudado. La justicia de Dios involucra no sólo los hechos o las obras, sino más profundamente, la inclinación de los pensamientos del hombre (o mujer).

Creo que más de uno de nosotros ha escuchado alguna vez, quejarse que Dios no oye sus oraciones, que piensa que Dios está enojado o que quizás no está siendo claro en sus peticiones y rogativas. En fin, cuestionamientos por este supuesto comportamiento de Dios, hay cientos. Sinceramente creo que debemos empezar a cuestionarnos hacia donde están dirigidos nuestros pensamientos en el acontecer diario de nuestras vidas y, especialmente, en que está puesta nuestra mente cuando nos encontramos levantando plegarias para ponerlas a los pies del Señor. ¿Qué es en realidad lo que esperamos como resultado de nuestra súplica? ¿Lo que declaramos con nuestra boca o lo que atesoramos en nuestro corazón? No olvidemos que nuestro Señor conoce nuestros hechos, nuestros pensamientos y nuestras palabras antes que las declaremos. (Vea Gálatas 6:7)

El Salmo 66, versos 17 al 19 dice: “A él clamé con mi boca y fue exaltado con mi lengua. Si en mi corazón hubiera yo mirado a la maldad, el Señor no me habría escuchado. Más ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica”. Si comparamos esta declaración del salmista con lo que nos dice el apóstol Santiago en el capitulo 5, verso 16, podemos asegurar que Dios escuchó las súplicas de un justo, porque su corazón, es decir, todo su ser, no tenía inclinación al mal. Ahora, cada uno de nosotros sabe perfectamente que cosas considera Dios como mal, no soy yo quién le diga si usted obra bien o mal, es una cuestión de conciencia, una cuestión netamente espiritual, pero sí le puedo decir que debemos meditar profundamente cuando oramos, respecto de los resultados que esperamos recibir y en que ha estado ocupada nuestra mente en los últimos días. ¿Estamos siendo víctimas de la pasión que engendra y da a luz el pecado, producto de nuestros malos pensamientos? (Concupiscencias) Pablo nos dice: “Examinaos a vosotros mismos, para ver si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos? ¿No sabéis que Jesucristo está en vosotros? ¡A menos que estéis reprobados! (2ª Co. 13:5).

El resultado del examen nos dirá también cual es el resultado de nuestras oraciones.

La Gracia y la Paz de Cristo estén con usted siempre. Amén

jueves, 4 de junio de 2009

El Señor de Nuestros Años


Lectura de hoy: Salmo 90

"Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios". (Sal. 90:2)

Cuando la versión reducida del Diccionario Oxford de inglés anunció en el 2006 que la palabra tiempo era el sustantivo usado con mayor frecuencia en el idioma inglés, no pareció sorprender a nadie. Vivimos en un mundo donde las personas están obsesionadas con usar sus días, ahorrar minutos y tratar de encontrarle más horas a cada jornada. Aunque cada uno de nosotros tiene todo el tiempo que existe, muy pocos de nosotros pensamos que tenemos suficiente.

Tal vez esa sea la razón por la que el Salmo 90 es un pasaje tan precioso. Aleja el enfoque de nuestras vidas limitadas por el tiempo trasladándolo hacia nuestro Dios eterno. «Antes que naciesen los montes y formases la tierra y el mundo, desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios» (v. 2).

Una estrofa en el famoso himno de Matthew Bridges «A Cristo coronad» dice: «Y bendecid al Inmortal por toda eternidad». El soberano, el monarca ungido con majestad —alguien que no busca ser designado ni ganar unas elecciones.

Dios creó el tiempo. Lo gobierna y va más allá de él. Cuando nos sentimos frustrados por el calendario o atrapados por el reloj, una lectura en silencio del Salmo 90 nos recordará que nuestros días y nuestros años están en manos de nuestro Dios eterno.

Al inclinarnos humildemente ante Él, vemos el tiempo desde una nueva perspectiva.

Tomado de Nuestro Pan Diario (Colaboración Hna. Marcia Serrano)

miércoles, 3 de junio de 2009

Maquiavelo, Más Vivo Que Nunca


Lectura de hoy: 1ªCo.13:8-13

"Por nada estéis angustiados, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias". (Flp.4:6)

Nicolás Maquiavelo, nació en la República de Florencia, hijo de una familia noble. En su juventud desarrolló labores como secretario de segundo orden en la cancillería de Florencia. En el año 1513 escribió "El Principe" y se lo dedicó a Lorenzo el Magnífico.

Hoy, su teoría ha cobrado más fuerza que en la época en que fue escrita. Su tésis, se entiende como la práctica que ignora la dimensión moral y acepta cualquier medio para lograr los objetivos.

Ésta práctica la emplean hoy, las grandes empresas transnacionales, los gobiernos, las familias y en algunos casos, la propia Iglesia. En el gobierno de Stalin, seis millones de personas fueron muertas para lograr el fin. 6175 Iglesias cerradas para acallar la conciencia religiosa y establecer un gobierno sin Dios. Hoy, la Iglesia no está ajena al pensamiento de Maquiavelo. La música comercial, los tele evangelistas, la manipulación de las masas, el evangelio de la propseridad, son métodos utilizados para llevar el evangelio a los pecadores. Se manipula emocionalmente a las personas y se pone fuego extraño en el altar. Esta es una actitud maquiavélica. La dimensión moral, para muchos hoy día no importa. Lo que sí importa, es la obtención de resultados. Jesucristo enseñó en el Sermón de la Montaña, que el hombre era más importante que cualquier meta u objetivo que podamos trazarnos. En la regla de oro nos enseñó, que no hagamos con otros, lo que no quisiéramos que hagan con nosotros. Eso del "Fin justifica los medios" no está contemplado en la agenda de Dios. Hoy cuando esta práctica se desarrolla de manera natural en nuestra sociedad, Maquiavelo se pone de moda, y los cristianos estamos llamados a resistirla.

Rodolfo Campos - Chile

martes, 2 de junio de 2009

Devolver El Favor


Lectura de hoy: Jn.13:3-15

"Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. (Jn.13:15)

Cadena de favores es una película que trata de un niño de 12 años que quiere marcar una diferencia en el mundo. Motivado por un maestro de su colegio, Trevor invita a un hombre sin hogar a dormir en su garaje. Ignorante de este arreglo, la madre de Trevor se despierta una noche para encontrar al hombre que estaba arreglándole la camioneta. A punta de pistola, ella le exige que se explique. Él le muestra que ha logrado arreglar la camioneta, y le cuenta acerca de la amabilidad de Trevor. Le dice: «simplemente estoy devolviendo el favor».

Creo que esto es lo que Jesús tenía en mente en una de las últimas conversaciones con Sus discípulos. Quería mostrarles hasta dónde llegaba Su amor. Así que, antes de su última cena juntos, se quitó el manto, se ciñó una toalla alrededor de la cintura y comenzó a lavarles los pies a Sus discípulos. Esto fue algo escandaloso porque sólo los esclavos lavaban los pies. Era un acto de servidumbre y un símbolo que señalaba el sacrificio, la pasión y la humillación de Jesús en la cruz. Lo que Él les pidió a Sus discípulos fue: «Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros» (Juan 13:14). Debían «devolver el favor».

Imagina lo diferente que se vería nuestro mundo si les diéramos a los demás el tipo de amor que Dios nos ha dado por medio de Jesús.

Tomado de Nuestro Pan Diario (Gentileza Hna. Marcia Serrano)

lunes, 1 de junio de 2009

Sin Disfraces


Lectura de hoy: Gl.5:25-6:10

"...Pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará..." (Gl.6:7)

Nuestros países celebran vistosos y animados carnavales; el de Brasil es el más famoso y popular, pero todos nuestros países viven intensamente sus carnavales. Si bien se trata de uno de esos festejos de origen y desarrollo realmente paganos surgidos para rendir cultos contrarios al Dios de la Biblia, lo que aquí nos importa es la lección que puede ser derivada de lo que significa el disfraz.

Mucha gente se involucra en el carnaval y no pocos organizan comparsas que compiten por premios diversos. Los disfraces van desde flores, lechones, toros, diablos, muertos, aborigenes, presidentes, hasta objetos que simbolizan determinadas situaciones de la vida; el involucramiento y las energías invertidas son tales que no pocos llegan al agotamiento. Terminada la participación, los involucrados vuelven a la realidad y encaran la vida tal como es, sin disfraces ni simulaciones.

El contenido de la carta que soporta nuestras reflexiones disipa toda duda: o vivimos conforme a la carne o lo hacemos conforme al espíritu; y a seguidas se describe en forma detallada una y otra manera de vivir. Definiendo, además, el final. el resultado de la una y de la otra.

Se nos invita a sembrar el bien, el amor, el perdón...si queremos cocechar bien, amor y perdón...Sin disfraces, sin poses ni simulaciones. Sepamos bien lo que sembramos, hagámoslo a plena conciencia de lo que hacemos, e identifiquémonos con esto, así, el resultado será para nuestro beneplácito y satisfacción o para nuestra vergüenzasi para vergüenza sembramos.

Adalberto Martínez - Rep. Dominicana