viernes, 29 de octubre de 2010

¡CRISTIANOS! CUIDADO CON LA SEGURIDAD EN FACEBOOK


Desde hace un tiempo hasta esta parte, la red social conocida como facebook, ha tenido una siempre creciente cantidad de usuarios, especialmente en los niños y jóvenes, aunque no excluyente de muchas personas mayores, que están usando el medio para conectarse con amigos y buscar a otros que hace muchos años no ven o saben de ellos, y lo que es muy importante, para hacer nuevos amigos, creo que ese fue el fin que tuvieron en mente los creadores del programa computacional que da origen a la red en comento. No obstante, ésta ha estado reemplazando las conversaciones cara a cara, permitiendo con ello, que tras la pantalla del computador haya muchos que se atrevan a decir cosas que de manera presencial no dirían. Es también conocido, que algunos estudiantes han utilizado la red para practicar la violencia virtual con aquellos que no son de su agrado; las amenazas, seguimientos y hasta ofensas a la moral, incluidos los acosos sexuales y la toma de contactos, para concertar citas que terminan en violaciones, asaltos y todo tipo de aberraciones en contra de personas inocentes o incautas que se dejan atrapar por inescrupulosos.
Quizás usted se haya preguntado cómo es que estos delincuentes logran obtener información que se supone solamente usted y sus amigos de confianza y que forman su red de amigos en facebook, pueden conocer. Una de ellas es que se obtienen, precisamente, por medio de su red de amigos. Seguramente se ha dado cuenta, si usted es un usuario de facebook, que a veces llegan a su correo notificaciones de publicaciones de personas que usted no conoce, pero sí las conocen algunos de sus amigos, es decir, usted puede ver publicaciones, privadas o no, de los amigos de sus amigos y que no son necesariamente amigos suyos. De la misma manera otras personas pueden ver las publicaciones que usted hace en el muro propio o en el de algún amigo, y que, tampoco forman parte de su círculo de amistades.
Como hemos podido apreciar hasta el momento, es usted mismo, involuntariamente, quién está poniendo al alcance de personas indeseables, información que de seguro no quisiera que ellos pudieran manejar y quién sabe con qué fines.
No obstante lo anterior, hay información, que usted, voluntariamente pone a disposición de personas que no conoce. Una vez más, si usted es usuario de facebook, sabrá que ha aparecido en la red, una serie de recursos que apelan a la curiosidad, a la necesidad de entretenimiento, los deseos de conocer lo que depara el futuro, abarcando hasta las necesidades espirituales de los individuos. Entre estos programas computacionales, porque son programas que funcionan con un método aleatorio denominado “random”, se encuentran: el chiste del día, la galleta de la fortuna, la estrella de la fortuna, horóscopo, envío de besos, abrazos, palabras proféticas, palabra rehma, consejos de Jesucristo, palabra divina del día y otros tantos programas de la misma índole. Para acceder usuario de estos “servicios” puestos a su alcance en el facebook, usted debe autorizar para que la página web que administra el programa, acceda a su base de datos, datos que usted ha incorporado en el módulo “información” de su página de facebook.
Es probable que usted maneje información sobre grupos musicales, cantantes, cementerios, centros de eventos, y otras actividades comerciales, que no están en manos de cristianos, donde sus dueños han visto en el pueblo evangélico un nicho de ganancias (no siempre honestas) que todavía está a medio explotar. Sólo cabe mencionar que estos sitios no cobran al usuario por sus servicios, pero sí se financian con la publicidad insertada en sus respectivas páginas, con el envío de correos electrónicos con publicidad y comercializando los datos obtenidos a través de ingresar a la información personal de las páginas de facebook.
No me voy a referir a la confianza que usted pueda depositar en máquinas y tecnologías humanas, en lugar de referirlas exclusivamente a Cristo, eso es una cuestión personal que en su trato con el Señor habrá de resolver, pero si quiero hacerle presente, que cuando use facebook, tenga cuidado con la información que entrega, a quién y los sitios a los que accede, especialmente si antes de brindarle el “servicio” que usted solicita, requieren de su autorización para ingresar a su base de datos.

lunes, 25 de octubre de 2010

EL VALOR DE LA PALABRA


Mat 5:33-37: "Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: "No jurarás en falso, sino cumplirás al Señor tus juramentos". Pero yo os digo: No juréis de ninguna manera: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar:"Sí, sí" o "No, no", porque lo que es más de esto, de mal procede. (RV.95)

La cita que podemos leer en el párrafo precedente, corresponde a una de las tantas enseñanzas sobre ética y moral entregadas por nuestro Señor en el excelso Sermón del Monte. Corresponde también a uno de las tantas citas en que el Señor Jesús dice: “Habéis oído que fue dicho….Pero yo os digo…”cambiando con ello la “forma” de cumplir dicho mandamiento, entregando una ampliación del mismo, en el sentido que la manera de evitar usar el Santo nombre de Dios en vano, es no jurar de ninguna manera, sino dar verdadero valor a la palabra empeñada (v.37). Una lección ética porque nos enseña que debemos pensar con amor, respeto y honrar el Santo nombre de Dios; pensar con amor y respeto por el prójimo evitando causarle algún tipo de daño. Una lección moral, dado que enseña cómo debemos poner en acción y llevar a buen término, el pensamiento ético antes descrito, es decir, dando valor a nuestra palabra como si tras ella estuviera de respaldo un juramento en el nombre de Dios.

El Señor Jesús es tan severo en sus sentencias que manifiesta que el no cumplimiento de la palabra empeñada, o las pseudo justificaciones, por demás germen de mentira, significa que el pensamiento y la acción falsa proceden del mal. No es necesario, creo, ahondar en explicaciones sobre el origen de la falsedad y el mal.

La Biblia de Las Américas y la versión Dios Habla Hoy, nos entregan una interpretación dinámica del versículo 37 en un lenguaje de mejor comprensión para nuestro vocabulario de uso corriente:
Mat 5:37: Antes bien, sea vuestro hablar: "Sí, sí" o "No, no"; y lo que es más de esto, procede del mal. (LBLA.)
Mat 5:37: Baste con decir claramente 'si' o 'no'. Pues lo que se aparta de esto, es malo. (DHH)

La versión NVI de la Biblia (Nueva Versión Internacional) resulta aún más esclarecedora respecto del significado de las palabras de Nuestro Señor: v.37: “Cuando ustedes digan "sí", que sea realmente sí; y cuando digan "no", que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno”. (NVI)

Todos sabemos que el hombre, producto de su naturaleza pecaminosa es de fáciles promesas y de fácil olvido de las mismas, digo olvido, por no decir de fácil quebrantamiento de ellas. Esto último llevaría implícito el deseo oculto de querer causar al prójimo un mal intencionado y de por sí, un embuste.

La ética y moral cristiana, nos obligan a todos los creyentes a ser cuidadosos con nuestras palabras y el compromiso que adquirimos con la declaración de ellas. Mucha mayor trascendencia, adquiere este mandamiento, cuando se debe poner en práctica por aquellos que deben tener autoridad moral para con sus acciones delante de una congregación, que de continuo, está examinando la conducta de sus líderes. No se trata de pretender líderes perfectos en santidad, sino que éstos deben prodigarse en esfuerzos sin medida para recibir del Espíritu Santo, la capacidad de alcanzar la perfección de aquél que se dio sí mismo por nuestra redención, no escatimando su condición de Dios.

Hay un viejo refrán popular que dice que “el hombre es amo de su silencio y esclavo de sus palabras”. Todo aquello que es declarado sin cuidado o con falsedad es contrario al propósito divino, por el contrario, el que habla con verdad y conoce la verdad, se hace libre (Paráfrasis de Jn.8:32). Queda libre de compromisos de conciencia y del dedo señalador del “acusador”. Hablar con la verdad y proceder con ella, implica un exhaustivo análisis de cada una de nuestras ideas antes de traducirlas a palabras y compromisos, para que durante el transcurso de los hechos, no nos veamos sorprendidos al comprobar que no podremos cumplir con lo que prometimos o acabar con lo que empezamos (Luc.14:28-31)

En síntesis, la lección de ética y moral de nuestro Señor, nos dice que nuestra palabra debe ser verdadera: que cuando digamos sí, sea verdaderamente un sí y cuando digamos no, sea en realidad un no. Que no seamos tibios, sino fríos o calientes, pero no dubitativos y generadores de desconfianza. Que nuestra palabra debe tener la fuerza, el compromiso y el valor equivalente a un juramento hecho en el nombre del Todopoderoso Dios. En fin que podamos llegar a ser hombres y mujeres de “palabra” con palabra de valor.

Cuestión de fe


Para los cristianos es bastante conocido el pasaje bíblico en donde Nuestro Señor Jesucristo habla a los Apóstoles ante una petición de ellos en cuanto a la fe: Luc. 17:5-6 “Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe. Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: "Desarráigate y plántate en el mar", y os obedecería”. En otro pasaje, también podemos apreciar una situación similar, por no decir idéntica: Mat 21:19-22 “Viendo una higuera cerca del camino, se acercó, pero no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo:-¡Nunca jamás nazca de ti fruto! Y al instante la higuera se secó. Al ver esto los discípulos, decían asombrados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo que si tenéis fe y no dudáis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte le decís: "¡Quítate y arrójate al mar!", será hecho. Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.

Como podemos apreciar, en ambos casos, el Señor Jesús responde a los discípulos “Si tuvierais fe, o si tenéis fe”. Estas declaraciones de Jesús, nos debieran llevar a pensar en qué les estaba diciendo realmente a sus discípulos, especialmente cuando ante la petición de aumentarles la fe, responde diciéndoles: “Si tuvierais fe…”, es decir, aquellos no tenían fe, ni siquiera tan pequeña como un grano de mostaza, ya que de tenerla, con ella bastaría para mover montañas. Cabe considerar que la semilla de mostaza es una de las más pequeñas que existen, si acaso la más pequeña de todas.

Los discípulos de Jesús, incluyendo a sus Apóstoles, al parecer no tenían fe. Quizás su petición debió ser: “Señor, danos de tu fe”. Ellos se basaban en lo exclusivamente en lo que estaban viendo. Tomás necesitó ver a su Maestro resucitado y no contento con ello necesitó también ver y tocar las heridas del mismo. Pedro, cuando negó a Jesús, tuvo miedo, no tuvo fe, él tuvo miedo. Dado el caso, podríamos concluir entonces, que los discípulos de Cristo eran hombres naturales que eran básicamente sensitivos, es decir, creían sólo aquello que eran capaces de apreciar con sus sentidos, ya sea la vista o el tacto, no necesariamente por el oír solamente (Ro.10:17).

En lo que respecta a nosotros, siempre hemos conocido a los discípulos de Cristo como hombres de fe, pero no siempre fue así. Debemos concordar en que la fe es un don de Dios. ¿Entonces cuándo los seguidores de Jesús, sus Apóstoles, comenzaron a tener fe? A la luz de las escrituras, podemos decir que a partir de pentecostés, a partir de ese día es cuando los Apóstoles comienzan a predicar con esmero y gran dedicación (denuedo) la Palabra del Señor. Los mismos que una vez estuvieron ocultos por miedo a perder la vida, ahora con el advenimiento del Espíritu Santo sobre ellos, se han transformado en personas valientes y sin temor a la muerte, llegando a considerar un honor y una bendición el morir por sus creencias, por su fe en el Maestro y el evangelio que Él les enseñara. Dejaron de ser hombres sensuales para convertirse en hombres de fe, con la certeza de recibir lo que esperaban y con la convicción de que aún lo que no ven, es obra y don de Dios (Heb.11:1).

Ante lo expuesto con anterioridad, cabe preguntarse: ¿En qué etapa estoy yo? ¿Antes de pentecostés o después de él? ¿Debo pedir a Jesús que aumente mi fe o que me de de Su fe? ¿Estoy viviendo y siguiendo a Cristo en razón a lo que soy capaz de sentir visible o emocionalmente?
Las respuestas para estas preguntas no son fáciles de encontrar, es por eso que debemos examinarnos constantemente para no caer en los apetitos de la carne (sentidos) (2ª Co.13:5), es decir, para no dejarnos tentar por el deseo de creer en lo que vemos o sentimos. Es más, todo aquello que vemos y/o sentimos, debe ser examinado a luz de la Palabra de Dios y alejar, con ayuda del espíritu Santo, la curiosidad propia del ser humano (1ª Tes.5:21). El señor nos advierte que vendrán muchos falsos profetas y falsos maestros haciendo grandes señales para engañar, si fuera posible, aún a los escogidos (Mt.24:24)