miércoles, 25 de marzo de 2009

Rodillética


Lectura de hoy: Jn. 17:1-26

"Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. (Jn. 17:20-21)

La gran mayoría sabe de las ciencias que se estudian en Teología y que sirven para la preparación de Pastores y Líderes, los cuales en un gran esfuerzo, pretenden traspasar a sus hermanos en la fe. Si usted no las conoce, por ahora sólo le voy a nombrar algunas: Apologética (defensa de la fe), Ética (formación moral cristiana), Homilética (técnicas para la predicación de la Palabra de Dios).

Uno de mis profesores nos enseñaba siempre que ninguna de estas ciencias tenía real valor en nuestras vidas y las vidas de los otros, si no aplicábamos, a diario, la más efectiva acción en nuestro acontecer, que sin ser una ciencia, el denominaba con nombre de ciencia llamándola “Rodillética”. Obviamente se refería a la oración. Una herramienta verdaderamente poderosa. ¡Imagínese! ¡Podemos hablar con Dios mismo, sin intermediarios! Y todo eso gracias al sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, que por Sus méritos, Su dignidad y Su Santidad, nos abrió paso a través del velo del Lugar Santísimo para llegar a la presencia misma de Dios Todopoderoso y Eterno.

El Supremo Sacerdote, el verdadero, oró por nosotros y aún ora al Padre por nosotros, para que gocemos de su protección y nos aparte del mal. Oremos también nosotros, como nos dice el apóstol Pablo:”Orad sin cesar” (1ª Tes. 5:17), por nuestros familiares, amigos y pastores, líderes y hermanos en la fe. No olvidemos que somos real sacerdocio (1ª P. 2:9) y los sacerdotes tienen la misión de interceder ante Dios por las necesidades de los débiles.

Le invito a que estudie, primero que todo, la Palabra de Dios y todas las ciencias que el hombre tiene para ayudarse a encontrar la verdad pura que Dios nos ha revelado en su Palabra, pero nunca olvide la “Rodillética”, humíllese delante del Señor, arrodíllese y ore sin cesar.

Dios bendiga su vida con Su Paz y misericordia. Amén

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