miércoles, 1 de abril de 2009

¿Homosexual u Homosexualismo?


Lectura de hoy: Lv. 18:7-30

“Del mismo modo también los hombres, dejando la relación natural con la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío”. (Ro. 1:27)

La Palabra del Señor en el libro de Levíticos Cáp.18, verso 22 dice: "No te acostarás con varón como con mujer; es abominación”. Esto no quiere decir que Dios no ame a los homosexuales, Dios los ama de la misma manera que a todos nosotros y espera que cada uno de ellos se arrepienta de su pecado y Le busque, para que en Su Santidad, sean purificados y rescatados de la muerte y pasen a gozar de vida eterna; tal como lo hizo con cada uno de los que hemos creído en su Santo nombre.

Dios ama a los pecadores y por ellos entregó a su Hijo unigénito, el cual con el derramamiento de Su sangre nos redimió para salvación y vida eterna, pero el Señor no ama el pecado. Ser un homosexual, de acuerdo a la Biblia, es abominación, es decir, es repulsivo para Dios, sin embargo Él ama al homosexual. Lo que no ama es el homosexualismo, la práctica de la homosexualidad, la lascivia desatada entre hombres producto de su propio extravío, de su falta de conocimiento de la verdad que es en Cristo Jesús. Creo entender que lo que Dios espera de estos hombres y mujeres que sienten atracción por los de su mismo sexo, es que se repriman, se abstengan de estas prácticas vergonzosas y que deshonran sus propios cuerpos.

No obstante lo anterior, hay quienes pretenden que por medio de una ley de hombres, bajo el pretexto de la “No Discriminación”, se “autoricen” estas prácticas que ha nada bueno pueden llevar. Cada homosexual que de acuerdo a la voluntad de Dios debería abstenerse de practicar su sexualidad, podrá ejercerla libremente y no se podrá negar su acceso a nada debido a su condición y orientación sexual, porque constituirá un delito ante la ley. Se podrán casar, adoptar hijos, ejercer magistraturas, profesorados y por que no decirlo, también podrán entrar a las iglesias a gobernarlas y no se los podremos prohibir, porque sería un Delito.

¿Cómo se sentiría usted teniendo dos padres o dos madres? ¿Cómo se sentiría usted con dos pastores o dos pastoras? ¿Con que orientación crecerían nuestros hijos, si han visto como natural lo antinatural, lo contrario a la voluntad de Dios?
¡Vade retro Satanás!!.

La Paz de Cristo y la bendición de Dios nuestro Padre estén con usted. Amén.

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