miércoles, 1 de abril de 2009

...Y ME DEJARÉIS SOLO


Lectura de hoy: Jn.16:25-33

“La hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado y me dejaréis solo; pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo”. Jn. (16:32)

El contexto en que se dice esta oración gramatical, tiene relación con la situación que vivirán los discípulos a la muerte de Jesús, es decir, la persecución también se extenderá a ellos y huirán dejando al Maestro abandonado, huyen para salvar sus propias vidas, la vida corporal, la de la carne.

Al leer este pasaje, pensaba: hay muchos que se dicen seguidores de Cristo, pero cuando el perseguidor de este mundo, el Satán, les acecha y les pone delante tentaciones de todo tipo, huyen, huyen de Cristo como lo hicieron sus discípulos en su tiempo, pero estos huyen para caer en las manos de su perseguidor. ¿Cómo pues? Se preguntará usted, véalo de la siguiente forma: La semana pasada fue “Semana Santa”, tres días en que los cristianos recordamos de manera especial, el sublime sacrificio realizado por nuestro Señor Jesucristo por el perdón de nuestros pecados pagando por ellos en la cruz. Recordemos que en esos momentos dolorosos, sólo Juan estaba junto a María para acompañar a Jesús en su sufrimiento.

No obstante, este fin de semana “Santo”, muchos de los que se dicen cristianos huyeron de Jesús dejándolo solo en la cruz, para acudir a unas vacaciones –cortas, pero vacaciones- en la playa, el campo o en sus propias casas y celebraron con ánimo de “FIESTA” junto a ricos cocimientos de mariscos, machas a la parmesana, caldillos de congrio y mucho para beber. La Semana Santa que algún día fue, ya no lo es para todos; lo que debía ser un día de recogimiento y de acción de gracias hacia nuestro Dios, se ha convertido en unos días de asueto. Así como en la Navidad, muchos han olvidado quién es el que está de cumpleaños, esos muchos ahora están olvidando por qué y por “Quién” pudieron disfrutar de manjares y días de descanso. El enemigo se ha encargado de trastocar y cambiar los hechos y las memorias, para que los débiles dejen a Cristo solo; pero Jesús no está solo, está con el Padre y aunque nosotros no estemos siempre con Él, Él si está con nosotros.

¿Dónde estuvo usted? ¿Disfrutando solamente? ¿O, disfrutando de la gracia de Dios manifestada en su Hijo Jesucristo y dando gracias por salvarle de la muerte eterna para pasarlo a vida eterna? ¿Qué le dejó Semana Santa; un sentimiento del más grande y eterno amor del Padre o solamente el recuerdo de una buena juerga? El Señor permita, que la próxima vez que pensemos en esto, no sea el año venidero.

La gracia y la paz de Cristo estén con usted siempre. Amén

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