miércoles, 22 de abril de 2009

Rindo Mis Derechos


Lectura de hoy: Flp.2:1-11

"Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo" (Flp.2:3)

Un himno contemporáneo dice:"Heme aquí Señor". Sin embargo, somos expertos reclamando derechos.

Es muy difícil permitri tranquilamente que alguien nos ignore, subestime, u oprima. Hace años, escribí varios programas que enviamos a las iglesias sobre temas familiares. Por error mi nombre no salió en la publicación y en una reunión de pastores, cuando se expresaron elogios sobre esos programas, quién estaba dirigiendo, los agradeció como si hubieran sido escritos por él.

-¿Cómo es posible que este hermano no diga que fui el autor?-me dije una y otra vez, sintiéndome vejado y oprimido. Luché interiormente mientras escuchaba. Me decidí a pedir la palabra exigiendo el reconocimiento debido. Pero me detuvo el pensar que si los programas habían sido de bendición, debía estar agradecido al Señor y renunciar a la "gloria" de ser el autor, cosa que sólo alimenta mi orgullo.

Aún hoy pienso que aquello fue injusto. ¿Por qué entonces no presente batalla? En medio de mi lucha interna recordé el pasaje de hoy. Somos siervos de un Señor que no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, despojándose a sí mismo. ¡Cuántas veces nos aferramos a nuestro orgullo o aún a nuestros derechos! Olvidando que el ejemplo de Cristo demuestra que a la gloria se llega por el camino de la humillación. Si el siervo no es mayor que su Señor, no nos horroricemos cuando a veces nuestros derechos sean violados. Jesús renunció a los suyos por salvarnos. ¿No podremos renunciar nosotros a algunos supuestos derechos por el bien de otros?

Alberto González M. - Cuba

No hay comentarios:

Publicar un comentario