viernes, 17 de julio de 2009

¿Le Incomodan Los Perdidos?


Lectura de hoy: Salmo 36

"¡Los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de sus alas!" Sal.36:7

"¡Dame a Escocia, o me muero!". Así oró a Dios en el siglo 16 aquel gran cristiano que se llamó Juan Knox. El Señor escuchó su oración y, como respuesta, en su país se produjo uno de los mas grandes avivamientos espirituales.

Hombres y mujeres como él han habido muchos a través de la historia, cuyos ejemplos debieran movernos a orar por los perdidos y a testificarles. Sin embargo, suelen pasar los días, las semanas y los meses sin que compartamos con nadie el mensaje salvador de Jesucristo. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué seremos tan insensibles?

Este salmo contiene una descrpción de aquellos que no conocen a Dios (vs.1-4), de quienes solemos alejarnos, obedeciendo a argumentos tales como "no sea que se nos peguen algunas de sus malas costumbres" y otros similares. Y allá siguen ellos, tan perdidos como antes (vs.11-12).

Pero mire otra vez la segunda parte del Salmo de hoy (vs. 5-10). Dios no tiene una actitud de rechazo a los perdidos: "De tal manera amó Dios al mundo..." É quiere alcanzarlos con su misericordia, para darles el pan de vida, el agua que sacia para siempre, y para iluminarlos con su luz eterna y vivificante.

Le propongo algo. Tome un papel o una tarjeta, y escriba allí el nombre de cinco personas que no son cristianos. Durante toda esta semana ore por ellos y luego búsquelos y hábleles de Jesucristo. Si usted que los conoce no lo hace, dificlmente haya otros que los busquen. No se sienta incómodo con los perdidos. Más bien siéntase incómodo si no hace algo por su salvación.

Eduardo Coria - Argentina

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