viernes, 15 de mayo de 2009

Amor v/s Caridad


Lectura de hoy: Rt.2

“Me regocijo en tu palabra como el que halla muchos despojos”. (Sal.119:162)

Cuando en nuestros días hablamos de despojos, podría asegurar que todos entienden el término como el significado de sobras o residuos y, por lo tanto actuamos en consecuencia, tomando esto como algo despreciable, no apto para nosotros ni para los nuestros, pero quizás para otros pueda ser útil, especialmente si estamos en dar algo para los desposeídos “, ellos no tienen nada, así es que esto les puede servir”. Ese pareciera ser el pensamiento generalizado cuando creemos que estamos haciendo una buena acción. Nada más lejos de la realidad. Hace años leí por ahí, lamentablemente no recuerdo donde, que la “caridad comienza cuando el amor termina”. ¿Se da cuenta?, creemos estar haciendo una buena obra, pero si ésta se hace sin amor, es sólo caridad, la cuál a los ojos de Dios no es nada digno de destacar.

Si leemos el texto, bajo esta acepción de la palabra despojo, podríamos traducir entonces algo así: “Me regocijo en tu palabra como el que halla muchas sobras”. Me pregunto: ¿Podemos comparar la Palabra de Dios con sobras o residuos? Por supuesto que no.

El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, entre otras acepciones, define despojo como la acción de despojar o despojarse de algo, es decir, dejar algo que es nuestro y que queremos, pero por amor a otros estamos dispuestos a despojarnos de ello. Cristo se despojó de su propia vida para darnos a nosotros vida eterna junto al Padre Celestial. Eso es despojo, eso es ¡AMOR!, no caridad, eso es misericordia infinita e incalculable. Despojar según el mismo diccionario es privar a alguien o privarse uno mismo de lo que goza y tiene. Ese es el significado de la palabra despojo en el contexto Bíblico. “Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella ni espigarás tu tierra segada.
No rebuscarás tu viña ni recogerás el fruto caído de tu viña; para el pobre y para el extranjero lo dejarás. Yo, Jehová, vuestro Dios”. (Lv.19:9-10). Dios manda aquí despojarse de algo que le pertenece al agricultor y que por amor a su prójimo debe dejarlo. Esta es la gracia que encontró Rut ante Booz. Éste le dejó espigar, recoger despojos. (Rt. 2:6-10).

En síntesis, nos podemos regocijar en la Palabra de Dios como el que halla mucho AMOR, muchos despojos, porque Dios se desprende de algo cada día para dárnoslo a nosotros y nos da no sólo su Palabra sino todo lo que somos y tenemos.

Le invito entonces a que cuando quiera ayudar al necesitado, no haga caridad, sino que despójese de lo suyo, de lo que él o ella necesitan y déle amor.

La Gracia y la Paz de Cristo le acompañen siempre. Amén

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