martes, 6 de enero de 2009

"Centinelas del pueblo de Dios"

"Hijo de hombre, a ti te he puesto como centinela del pueblo de Israel. Por lo tanto, cuando oigas mi palabra, adviértele de mi parte al malvado:"Estás condenado a muerte". Si tú no le hablas al malvado ni le haces ver su mala conducta, para que siga viviendo, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte. En cambio, si tú se lo adviertes, y él no se arrepiente de su maldad ni de su mala conducta, morirá por causa de su pecado, pero tú habrás salvado tu vida. Por otra parte, si un justo se desvía de su buena conducta y hace lo malo, y yo lo hago caer y tú no se lo adviertes, él morirá sin que se le tome en cuenta todo el bien que haya hecho. Por no haberle hecho ver su maldad, el morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte. Pero si tú le adviertes al justo que no peque, y en efecto él no peca, él seguirá viviendo porque hizo caso de tu advertencia, y tú habrás salvado tu vida.
"Ez. 3:17-21 (NVI)
En este pasaje el profeta y sacerdote Ezquiel, hijo de Buzí, recibió un mandamiento y con el una tremenda responsabilidad, la de transmitir a Israel la palabra de Dios. Un pueblo de duro corazón, mente embotada y una personalidad de profunda rebeldía. Es nombrado por Dios (bajo sentencia de muerte), como centinela, guardia o vigilante de su pueblo, (otras versiones traducen atalaya), para advertirles del peligro que implica hacer lo malo y con ello desobedecer al Señor.(Nota de RVE95).
No olvides que nosotros también a la manera de Ezequiel, hemos recibido un mandamiento: Proclamar la Palabra del Señor, hacer discipulos y bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. (Mt. 28:19-20 paráfrasis), para que en el nombre de Jesús, en los que practican el mal haya arrepentimiento. Debemos avisar, advertir a los incrédulos que sin arrepentimiento están "condenados a muerte y muerte eterna", asimismo, advertir y exhortar a los creyentes que no se aparten del buen camino que marcó nuestro Señor Jesucristo. Recordemos lo que nos dice el Apóstol Pedro " Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las maravillas de aquel que los llamó de las tienieblas a su luz admirable" 1P. 2:9 (NVI).
En pocas palabras, un profeta es "todo" aquel que proclama, divulga, hace saber la Palabra del Señor y un sacerdote es un mediador. Bajo este concepto: ¿hemos advertido, dado a conocer que "...hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre,..." (1Ti. 2:5 NVI). ¿Hemos proclamado la Palabra del Señor para llamar al arrepentimiento? ¿Hemos llamado al hermano (a) a perseverar en el camino de la salvación y la vida eterna?, ¿nos estamos comportando como centinelas para avisar, advertir al incrédulo del peligro de estar y permanecer en la maldad y, por ello en contra de la voluntad de Dios?. Le invito en el nombre de Jesús a meditar en lo anterior, piense, ¿está usted cumpliendo con la misión de proclamar y divulgar la Palabra de Dios?, ¿está usted preparado para responder por las vidas de aquellos que se pierdan y que por medio de la Palabra Dios impartida por usted se pudieron haber salvado?.
Dios le bendiga y le guarde.

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