martes, 13 de enero de 2009

Siempre hacer el bien

"Si tienes poder para hacer el bien, no te rehúses a hacérselo a quién lo necesite" (Pr.3:27)
Hay distintas de clases de poder; poder social, influencias, autoridad, etc. y de acuerdo a lo que nos dice la Palabra de hoy, es necesario y obligatorio para quienes decimos ser cristianos y obedientes a los mandamientos de Dios, hacer el bien que está en nuestras manos a quién "lo necesite". Pero seamos francos, hay unos cuantos (más de los que quisiera), que se sienten "especiales" cuando gozan de esta facultad y la ejercen a mero capricho o más frecuentemente por "amistad" (léase pituto), se sienten con derecho a escoger bajo su propio criterio a quién hacer el bien, a quién favorecer. Usan su posición o influencias para llenarse de vanagloria, en circunstancias que el proverbio salido de la boca de Dios dice que este bien se debe hacer a quién lo necesite, independiente de si es de nuestro agrado o no (de nuestra congregación, de nuestro partido, del mismo club de fútbol, etc.). Peor aún, muchos utilizan su condición de favorecedor para hacerse de ganancias deshonestas, cobrando por hacer favores que benefician la mayoría de las veces a quienes no lo requieren y que por avaricia y conocimiento de su falcedad, compran favores inmerecidos (hubo algunos que vendían perdón de pecados y se hacían más pecadores que los pecadores), otros favorecen con beneficios del estado (unos casos muy graves; y otros considerados de menor cuantía o, ¿nunca ha oído de alguién que "saca partes" cursados por carabineros?)

No es menor el número de los que teniendo el poder y la facultad de ayudar a los necesitados, se hacen indolentes, ciegos y sordos al dolor, quizás pensando que está a su criterio ayudar o no ayudar y por comodidad o quizás pensando en acumular beneficios para su propio pecunio, aparentan no darse cuenta de lo que pasa a su alrededor y no dan la mano al necesitado; se olvidan que nuestro Señor enseña que "El que sabe hacer lo bueno y no lo hace comete pecado." (Stgo.4:17 RVE).

Por favor considere que cuando la Palabra de Dios habla de "poder", no sólo se refiere a los que están ocupando puestos importantes, por eso dijimos al principio que hay diferentes tipos de poder y nosotros que cohabitamos con el Espirítu Santo de Dios, tenemos poder, quizás no económico, pero tenmos poder para bendecir con una palabra de aliento, con una visita de cortesía y amor, con una asistencia al anciano y por sobre todo: "Tenemos poder y mandato de compartir la Palabra de Dios". Haga uso de su poder y ayude al necesitado.

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