Lectura de hoy: Jn.2:2-4
"Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor" (Ap.2:4)
En un juzgado de familia discutía una pareja, y el esposo decía:"Es una buena madre, respetuosa, servicial...", y continuó agregando otras virtudes, pero al final, de manera fría, acotó:"Ya no hay amor". Esta conmovedora frase anulaba las muchas otras buenas virtudes con las que contaba esta destacada esposa.
En la Biblia encontramos algo similar. El apóstol Juan, en Apocalipsis 2:2-4, escribió que el Señor dijo a su iglesia en Éfeso:"Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido arduamente por amor de mi nombre y no has desmayado. Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor".
El amor inalterable de Dios es una virtud que el creyente no debe perder. Podemos hacer cualquier cosa por el Señor, pero sobre todas las cosas debemos amarle.
Las personas pueden estar llenas de virtudes o de flaquezas, podrán cantar o llorar, quizás reír o tal vez sufrir, pero siempre deberá haber amor. Quién ama, sufre; pues es difícil amar sin sufrir y es difícil vivir sin amar.
Recuerde cómo después de su conversión su amor al Señor brotaba de su corazón. Hoy tal vez continua trabajando en la obra, quizás más que antes, pero si no lo está haciendo con amor, es sólo rutina. Deténgase y regrese a su primer amor y no deje que nada se le interponga en ese afecto de comunión con el Salvador. ¡Nada!
Ariel Batallanos - Bolivia
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