lunes, 23 de febrero de 2009

El Grande y el Más Grande


Lectura de hoy: Sal.8

"¡Jehová Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra! (Sal.8:1)

Hay frases en la Biblia que son conmovedoras. De Moisés se dice que, cuando descendió del Monte Sinaí con las tablas de la ley, "al mirar los hijos de Israel el rostro de Moisés, veían que la piel de su rostro era resplandeciente" (Ex.34:35). De Esteban se dice que los integrantes del concilio judío, "al fijar sus ojos en él, vieron su rostro como el rostro de un ángel" (Hch.6:15).

Dios se manifiesta a la humanidad en sus hijos, que cuando un hombre o una mujer viven en íntima comunión con Dios, Él se transparenta a través de ellos.

Esta experiencia es extraordinaria por cierto; sin embargo, debemos equilibrarla con los factores que nos presenta el Salmo de hoy. Porque el único glorioso sigue siendo Dios. Es verdad que el hombre ha sido puesto como señor de todo lo creado, pero ante la magnitud de la creación, ante la infinitud de Dios, ¿qué es el hombre? San Pablo lo dice en 2ª Co.4:6-7: "Dios..es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros". Somos nada mas que vasos de barro, para que la gloria sea de Dios y no nuestra.

Nuestro Señor es el "Sol de Justicia", y nosotros somos apenas "lunas" que reflejamos y proyectamos Su luz. Pero ¡que glorioso destino el nuestro! ¡Reflejar la luz del cielo sobre este mundo entenebrecido! ¿Somos grandes? Quizás sí. Pero Él es el más grande.

Eduardo Coria - Argentina

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