Lectura de hoy. Mt. 12:33 - 37
“Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”. (Mt. 12: 36 – 37 RVE95)
No es correcto estar escuchando las conversaciones ajenas, pero hay ocasiones, como en el transporte público por ejemplo, en que no se puede dejar de oír. Llama fuertemente la atención el vocabulario usado por los jóvenes en la actualidad: atrevido, soez, descarado y además limitado, la repetición de palabras es máxima, dando acepciones distintas a la misma palabra según el contexto en que se usa y otras ¡solamente se usa! sin ton ni son como son, por ejemplo, las palabrotas de grueso calibre.
Los entendidos en la materia señalan que cuando se trata de los jóvenes, no es un tema preocupante, dado que generalmente este tipo de léxico constituye una moda que pasará en breve tiempo, especialmente cuando estos muchachos (as), pasen a integrar la fuerza laboral y deban relacionarse con distinto tipo de interlocutores. Otorguemos el crédito entonces, a los entendidos.
De tal manera que lo preocupante, en verdad, es que los adultos están en exactamente el mismo caso; sin distinción de género ni clase social. Es más, las “señoras y señoritas”, resultan habitualmente más atrevidas que los “caballeros”.
Pero, ¿qué expresan con estás burdas palabras?, ¿Acaso su preocupación por la hambruna en África? ¿Las nuevas obras incorporadas a la cartelera del Teatro Municipal en su temporada de verano? ¿La predicación del evangelio? Por supuesto que no, sólo palabras vanas relacionadas con el programa de convivencia de moda y sus enredos varios, los amores de los futbolistas y las modelos, las demandas varias entre rivales de pantalla, etc. Por su parte la prensa escrita no lo hace mejor. De la televisión ni hablar, de los opinólogos menos aún.
Teniendo en cuenta el texto de hoy, cabe preguntarse: ¿Cuántos están cuestionando esta situación, para evaluar la decadencia del idioma y el consiguiente engaño de Satanás que viene adjunto? ¿Dónde quedan los principios valóricos de la sana convivencia?... “Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado”.
La Paz de Cristo esté con su espíritu. Amén
sábado, 14 de febrero de 2009
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salu2!
ResponderEliminares interesante observar el significado que comúnmente se le da a " palabra ociosa"...
lo pimero que nos viene a la mente es : palabra sucia... o grosería..
... sinembargo, el Señor, hablandole a sus discipulos sobre las exiengias de santidad en una exposición doctrinal, uno de ellos exclama : dura es esta palabra, quien la podrá llevar?
entonces de aqui, podemos deducir que el término " palabra " aplica a doctrina y no exclusivamente a " una simple palabra"..
entonces, la palabra ociosa de la que se habla en el texto, hace referencia a una doctrina mal fundamentada, que causa " ocio " en el que la escucha, en este caso el ocio es de indole espiritual... como el caso de la doctrina de los nicolaítas ( que Dios aborrece), y que toma por libertinaje la gracia de nuestro Señor...
el que escucha estas doctrinas, deduce carnalmente que puede dar rienda suelta a su concupiscencia, como en el caso de los gnósticos, creciendo en gracia, y cualquiera de sus " variaciones"...
es fácil darse de cuenta sobre esto, ya que el Señor exige santidad en su palabra, mas, éstos, alegando seguridad eterna, están ociosos espiritualmente, sin fruto, como dice judas en su epístola, nubes sin agua.... les va a suceder lo de la higuera, que el Señor la secará por no tener fruto, por que esa " predicación sin fundamento " los puso en ocio!
salu2!
BONITO MENSAJE
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