miércoles, 25 de febrero de 2009

Duelo


Lectura de hoy: Jn.11:28-36

"Jesús lloró" Jn.11:35

Prefiero no contar las veces que , vestida de luto acudí a funerales en el último año. Fui a despedir a seres muy amados por mí, o acompañando a amigos que también sufrieron pérdidas.

Si trato de describir las emociones vividas en tales momentos, puedo diferenciar claramente al menos dos formas de sentir que experimenté en unos u otros sepelios:

1.- Una tristeza llena de incertidumbre y de pesar, cuando mezclaba el dolor de la separación con la desesperanza de pensar que alguien a quién amaba se había ido sin confesar a Cristo como Salvador. En estos casos el duelo ha sido más largo y ocacionalmente la pena invade mi corazón con una oleada de amargura.

2.- Una tristeza llena de resignación y esperanza, en que las lágrimas fueron mitigadas por el consuelo del Espíritu Santo, por la tranquilidad que da el saber que quién ha partido está en presencia de Cristo. En tales casos, las memorias suelen hacerme sonreír en paz, segura del destino eterno del ser querido.

Como Jesús podemos llorar ante la tumba de quienes amamos. Sólo aseguremonos de mostrar ese amor en vida, y de que nuestros parientes y amigos sepan que Cristo es el camino de salvación eterna, para bien de ellos y de nosotros mismos.

Georgina Thompson - Rep. Dominicana

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