viernes, 6 de febrero de 2009

Mi hijo amado

Lectura de hoy: Jn. 14:12 - 14

“Y se oyó una voz de los cielos que decía:”Este es mi hijo amado, en quién tengo complacencia” (Mt. 3:17 RVE95).

Llegó el fin del año escolar y para mi hijo, también llegaba a su fin la era de la educación media, para pasar a la enseñanza superior. El colegio realizó una emotiva ceremonia para despedir a los alumnos que iniciaban una nueva etapa en sus vidas.

Llegado el momento, se entregaron reconocimientos a varios alumnos por su participación en las diferentes actividades del colegio. Entre ellos estaba mi hijo. Cuando le fue entregado el premio, irrumpí en fuertes aplausos y exclamé a voz en cuello ¡Ese es mi hijo amado!, como no habría de estar feliz, mi hijo se destacaba por participar “activamente” en las tareas que el colegio le había encomendado, había obras que daban testimonio de su compromiso, de su fe en sus maestros y de su participación; varios de los apoderados que estaban en las cercanías a mi asiento, se levantaron para felicitarme. Estaba complacido en mi hijo.

Lo sucedido me hizo recapacitar un momento y recordé estas palabras del Señor nuestro Dios: “Todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, “lo haré”, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Jn. 14:13 RVE95). Mi hijo amado hizo cosas, realizo hechos que le valieron un reconocimiento, y a mí, felicitaciones por el hijo que Dios me dio y no pude dejar de preguntarme: ¿Podrá mi Padre celestial, complacerse, gloriarse, con mis hechos, actitudes, palabras e intenciones?

Dios bendiga su vida. Amén

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